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¿Berrinches y “No, no, no”? Nuestras sugerencias para afrontar los “terribles 2”

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"Levántate y vístete." "¡No!"


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"¿Aún vas a dormir?" "¡No!"


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"Entonces ¿te vistes?" "¡No!"


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¿Este tipo de conversación huele a experiencia? Es común llamar al período de dos a tres años "Los terribles 2". Se dice que a los niños de tan solo 2 años les encanta decir "no" y su ira puede explotar rápidamente si no consiguen lo que quieren.


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Todos los trucos para persuadir y engatusar a los bebés que funcionaban tan bien antes se han vuelto completamente inútiles. Intentas discutir con él y sólo te dice "no". Por más que lo regañes no podrás sacarlo. Incluso cuando pretende ignorarlo, él sigue diciendo que no. Y muchas veces se deja llevar y se enoja por nada; Un golpe en la mano, o un pequeño golpe en la cabeza y es un desastre, grita y se retuerce en todas direcciones.


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Estos comportamientos rebeldes pueden ser un desafío para los padres. ¿Por qué el dulce bebé de antes de repente se convirtió en un niño rebelde?


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¿Por qué “Los Terribles 2”?


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Aparece la autoconciencia del niño y quiere ser independiente.


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De hecho, todos estos comportamientos rebeldes son signos del crecimiento del niño. Desde los 18 meses hasta los 3 años aproximadamente, la autoconciencia del niño se desarrolla gradualmente. Empiezan a ser independientes, a tener ideas propias y a querer hacerlo todo por sí mismos. Todo tiene que seguir exactamente sus ideas, y si no lo hacen, sus emociones pueden explotar.


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Quieren ser independientes pero aún no son lo suficientemente capaces


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Habilidades motoras insuficientes


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Por ejemplo, el niño quiere comer solo, pero su coordinación aún no está suficientemente desarrollada. Como resultado, la comida cae sobre su ropa y se siente frustrado. Los niños quieren vestirse solos, pero sus movimientos de las manos aún no son lo suficientemente ágiles y quedan atrapados en la ropa. Cuando no les permiten correr a algún lugar, lo hacen de todos modos y, generalmente, corren el riesgo de lastimarse, lo que termina en lágrimas. Cuando quieren hacer algo por sí solos pero no lo consiguen, se frustran, lo que provoca rabietas.


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El autocontrol no es suficiente


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A esa edad los niños no pueden controlarse. También quieren descubrirlo todo, comprenderlo todo y están impulsados ​​por una fuerte curiosidad. Estas dos cosas combinadas también pueden causar frustración. Si el niño ve en una tienda algo que quiere, le resultará difícil comprender por qué sus padres no se lo compran, porque todavía no tiene el concepto de que no le pertenece y aún no domina su autocontrol. Si no lo entiende, puede empezar a llorar y a gritar de ira, y como su capacidad para controlar sus emociones es débil, una vez que se abren las compuertas, es difícil cerrarlas.


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Las habilidades de comprensión y expresión no están desarrolladas


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A los 2 años, el niño no puede comprender plenamente su entorno, aunque realiza enormes progresos. Cuando se encuentra con prohibiciones, incluso si los padres le explican las razones por las cuales no puede hacer algo, el niño tendrá dificultad para comprender realmente a través de palabras y continuará. Por otra parte, todavía no puede expresar claramente sus necesidades. A menudo se siente frustrado e incomprendido y sólo puede desahogarse a través de la ira y las lágrimas.


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¿Cómo debemos reaccionar ante estos niños rebeldes?


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Mantén la calma


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Al conocer los hitos del desarrollo de un niño de 2 años, sabes que el temperamento de tu bebé no es irracional y es importante mantener la calma. Primero, tómate el tiempo para comprender, respetar y aceptar las emociones de tu hijo. Sólo entonces podrás resolver el problema.


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Por ejemplo, si el niño quiere agarrar el juguete con el que está jugando otro niño, es importante no dejar que lo tome, incluso si grita y llora. Puedes decirle con calma y ternura: "Mamá sabe que quieres mucho ese juguete. Pero no te lo va a dar, aunque estés muy enojado. Alguien más está jugando con él, y tú puedes jugar con él cuando termine".


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Si sigue llorando, puedes intentar un "tiempo fuera" o un momento de tranquilidad. Sacarle de la escena en la que se encuentra y dejar que se calme durante unos minutos para que recupere la compostura. Explícale nuevamente que no puede tomar el juguete de otro niño sin pedir permiso, porque no es suyo. Esto le ayuda a comprender que hay reglas establecidas por los padres que no se pueden transigir y que llorar no va a resolver el problema.


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Respete la independencia de su hijo


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Dale un poco de libertad a tu hijo


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No le impidas a tu hijo explorar. Por ejemplo, si quiere barrer el suelo, dale una escoba. Si quiere lavar su ropa, mételo en el fregadero, y si quiere cazar mariposas, déjalo correr... siempre que sea seguro, no dudes en fomentar sus iniciativas.


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Si quiere atarse los zapatos él mismo, deja que lo haga lentamente. No lo hagas por él sólo porque es lento. Si tiene prisa, considere planificar con anticipación y permitirle a su hijo suficiente tiempo para prepararse de forma independiente.


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Dale una opción a tu hijo


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Si el niño quiere ser independiente, puedes darle el derecho a elegir mientras lo guías. Por ejemplo, si le preguntas: "¿Puedes ponerte la camiseta, por favor?" » Él podría responderte que no. Pero si le ofreces elegir entre dos camisetas, sentirá que elige por sí mismo y será más independiente a la hora de ponérsela, ¡ahorrándote así una batalla matutina!


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Su plan ha cambiado, informe a su hijo con anticipación


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Los niños no están acostumbrados ni son lo suficientemente adaptables a cambiar de planes. Por ejemplo, cuando le dijimos que íbamos a casa de sus abuelos, pero al final no podemos ir, puede que le cueste aceptar que el plan ha cambiado, y esto puede llevar a… lo adivinaste… ¡frustración!


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Es normal cambiar de planes, pero la capacidad de adaptación del niño no siempre le permite comprenderlo y aceptarlo, por lo que puede enfadarse. Si su plan cambia, asegúrese de avisarle con antelación. Esto le da tiempo al niño para adaptarse. Esto también se aplica a los grandes cambios en la vida diaria de tu hijo, como cuando tus primitos vienen a pasar unos días a casa o cuando os vais de vacaciones.


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Guía a tu hijo para expresar y regular sus emociones


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Anime a su hijo a expresar sus emociones


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La expresión proporciona un amortiguador para los arrebatos emocionales. También permite que otros comprendan sus necesidades en lugar de interpretar sus acciones. Así que, realiza actividades con tu hijo que le permitan desarrollar su expresión oral.


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Expresar emociones es particularmente difícil para los niños porque no es algo tangible ni visible para ellos. Anímelo a aprender a decir "No me gusta este juguete", "Estoy enojado" o "Estoy triste". A veces, cuando el niño no puede decirlo por sí mismo, puedes ayudarlo a comprender sus sentimientos: "¿Quieres hacerlo tú mismo?" O ponle las palabras adecuadas a las emociones que siente: “¿Estás triste?” o “Mamá no te compró juguetes porque estás enojado”.


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Ayude a su hijo a regular sus emociones


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Los niños a menudo lloran cuando pierden los estribos y esto puede durar mucho tiempo. Enseñe a su hijo a desviar su atención para ganar control sobre sus emociones. Por ejemplo, si empezó a llorar por una actividad con otros niños, puedes dejarlo solo por un rato. Esto le hará olvidar temporalmente la fuente de su frustración. También puedes darle su juguete favorito para distraerlo. Déjale cambiar su estado de ánimo haciendo lo que le gusta hacer.


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Por supuesto, las situaciones de la vida real son siempre variadas y complejas. Los métodos explicados anteriormente a veces funcionarán muy bien, otras veces tendrás que adaptarte a la situación. En general, haga todo lo posible por ser un buen ejemplo para sus hijos y recuerde que la comunicación es siempre su mejor amiga.


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Esperamos que estos consejos le resulten útiles. ¡No dudes en compartir en los comentarios qué es lo que te vuelve loco con tus pequeños y cómo gestionas la situación!


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